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El Rey Correa concede al perdón

Para seguir entendiendo a Rafael Correa, presidente del Ecuador, es muy útil su «carta abierta» del 27 de febrero del 2012, aunque fue un discurso oral, donde retira su demanda contra el diario El Universo y sus periodistas.

Las partes conceptualmente más jugosas fueron las siguientes:

– «En este proceso hemos aprendido mucho, sobre todo acerca de hasta dónde llegan los tentáculos de este poder que se ha creído omnímodo y por encima de las leyes, poder que antes de nuestro gobierno no necesitaba mostrarse de cuerpo entero porque bastaban un par de titulares para arredrar a cualquiera».

– «Se ha hablado de que no se siguió el debido proceso, y probablemente tienen razón, ya que lo «debido» hasta hace poco en Ecuador era que los jueces temblaran y se sometieran a la presión mediática. Se ha hablado de dictadura, y nuevamente tienen razón, porque en Ecuador existe un Gobierno con una impresionante legitimidad democrática que ha tenido que enfrentar la dictadura de los medios de comunicación».

– «La lucha entre el estado de opinión contra el estado de derecho, la dictadura mediática versus la verdadera democracia»

«¿el derecho a la libertad de expresión tiene supremacía sobre otros derechos, o esto solo refleja tan solo la hegemonía del capital que esta detras de los negocios dedicados a la comunicación?  Como experto económico, esto ya lo he visto. Por ejemplo, la independencia de los bancos centrales, que se presentó como avance científico y civilizatorio, no era otra cosa que formas de garantizar los privilegios del capital financiero».

– «Se evidenciaron los grandes sesgos de la CIDH, Comisión que tiene más bien la característica de una ONG, y no de una institución jurídica. La legalidad es secundaria. Así, asumen cruzadas reales o imaginarias. El Estado, las autoridades públicas, siempre son los enemigos. Los periodistas, los medios, siempre son las víctimas y perseguidos, sin alcanzar a entender que cualquier poder es capaz de atentar a los Derechos Humanos, entre ellos el poder informativo». (….). «En definitiva, con su espíritu de ONG la CIDH pretende que los Estados siempre sean sospechosos, las autoridades públicas tengamos menos derechos humanos que los demás ciudadanos, y los periodistas y medios no tengan ni siquiera responsabilidad ulterior, todo lo cual atenta expresamente contra la Convención Interamericana de Derechos Humanos, que es lo vinculante para los Estados, y no, repito, las opiniones de la CIDH».

– «¿Que hay que despenalizar la injuria? Con gusto debatamos, pero sin imposiciones, y podemos condicionarlo a que EEUU elimine la pena de muerte, ya que molesta bastante la doble moral. Pero no nos engañemos, en realidad el mensaje es que no se puede enjuiciar a un periodista o a un medio de comunicación».

-«Otro punto importante, la idea de que los funcionarios públicos tenemos que aceptar más críticas, mayor escrutinio. ¿Quién puede estar en contra de algo tan obvio? Pero, ¿significa aquello que tenemos que aceptar injurias, ataques a nuestra honra?, ¿dónde establece aquello la Convención? Si lo dijera, sería discriminatorio y socialmente torpe, porque solo los peores, los que no tienen nada que perder, vendrían a la función pública».

– «Esta lucha nos ha permitido evidenciar un inmenso y fundamental espacio, donde no han estado presentes los Estados, y que ha sido delegado a funcionarios que claramente han extralimitado y distorsionado sus funciones, influenciados por países hegemónicos, fundaciones financiadas por los propios medios de comunicación, y el gran capital detrás de los negocios de  comunicación social».

– «Tenemos que aprender del presente y de la historia, luchar por una verdadera comunicación social en la cual los negocios privados sean la excepción y no la regla, donde la libertad de expresión sea un derecho de todos y no el privilegio de oligarquías que heredaron una imprenta para ponerla a nombre de empresas fantasmas en Islas Caimán».

 

 

El artículo de los 40 millones de dólares

Este fue el artículo que escribió el columnista Emilio Palacios que motivó la denuncia contra él y su diario, El Universo de Guayaquil. Correa pide esa monumental cantidad de dinero para hundir al diario. Y los jueces de ese país por ahora se lo han concedido.

Límites a la «diversidad y pluralismo» (informe de Amarc 2010)

Amarc, la principal organización de radios comunitarias del mundo, publicó el Informe Anual Diversidad y Pluralismo en la Radiodifusión, 2010,  sobre América Latina, donde se analizan país por país los aspectos más relevantes.

Menciona la revalorización, que recorre la región, del rol político mediático: «en la actualidad la disputa por el poder político pasa necesariamente por la repartición del espectro radioeléctrico utilizado para el manejo de las agendas informativas y por lo tanto políticas» (p. 7).

Esto lleva a que en prácticamente todos los países de la región se esté discutiendo una nueva legislación, o ya se aprobó.

Enfatiza que “lo que estamos presenciando es la multiplicidad de servicios pero no de voces“ (p. 95)  y da como ejemplos a dos países:  «En algunos países, como México y Chile, los gobiernos se congracian con las grandes corporaciones mediáticas mediante acciones de facto que les otorgan el nuevo dividendo digital, y dan como explicación pública que se trata de asuntos “técnicos y de desarrollo para una industria moderna”, pasando por alto los estándares mínimos para garantizar el derecho a la información, la libertad de expresión y el desarrollo, especialmente para los sectores más excluidos del proceso de la comunicación» (p. 8).

Y dice luego: «México es uno de los países con mayor concentración de medios de comunicación en pocas manos, especialmente en la televisión. De las 461 estaciones de televisión comercial, el 94% son propiedad de dos compañías, de las cuales el 56% corresponde a Televisa y el 28% a Televisión Azteca. Cada una de esas dos empresas tiene dos canales nacionales y Televisa posee, al mismo tiempo, un sistema de repetidoras adicionales con las que puede articular una tercera cadena nacional.  (En Chile) también la concentración de la propiedad de los medios radiales es evidente. El grupo español Prisa es dueño de 6 de las 10 emisoras con mayor audiencia en el país, las cuales tienen el vencimiento de la concesión en 2010, sin embargo los radiodifusores chilenos se oponen a que el gobierno se las renueve».

Un resúmen rápido de limitaciones es el siguiente:

– En Chile:  » La ley sólo permite menciones publicitarias, restringiendo el mercado de anunciantes a aquéllos ubicados en la zona de cobertura permitida (la comuna), de manera que las radios comunitarias no podrán acceder a campañas de bien público nacionales o internacionales. Asimismo prohíbela publicidadelectoral»

– En Paraguay: «existe una reacción desproporcionada de los sectores empresariales de la comunicación, con respecto a la asignación de publicidad oficial a los medios de comunicación con fines sociales, ya que objetan que se destinen recursos a los medios comunitarios dada que están determinadas en la ley como “sin fines de lucro”, definición que, según su criterio, no permitiría recibir fondos de entes públicos».

– En Brasil: «La Ley de Servicio de Radiodifusión Comunitaria (Ley 9.612/98) prohíbe a las emisoras la transmisión de publicidad, la sanción por emitirla puede ser la revocación de la licencia y multas para quien se anuncie. Como consecuencia de esta restricción los partidos políticos y las organizaciones religiosas aprovechan para introducirse en estos medios a través de la dotación de recursos para cubrir los gastos de operación, poniendo en riesgo su autonomía e independencia».

– En México: «persiste la prohibición de que los medios sin fines de lucro, comunitarios y públicos accedan a publicidad comercial y oficial».

-En El Salvador: «la regulación jurídica actual continúa siendo excluyente, las radios comunitarias solo cuentan con tres frecuencias para operar. La figura de la subasta como único mecanismo para acceder al espectro radioeléctrico no ha cambiado en la Ley de Telecomunicaciones, por lo que sólo quien tiene poder económico puede ejercer su libertad de expresión a través de la radiodifusión. Los medios comunitarios se mantienen hasta el momento con una sola frecuencia que se tienen que repartir entre las 21 emisoras congregadas en ARPAS».

– En Brasil: «No tienen ninguna protección legal contra posibles interferencias por parte de las radios comerciales, al estar en potencias tan bajas y con una única frecuencia. La legislación prevé sanciones solamente para las emisoras comunitarias que interfieren a emisoras comerciales pero no al revés, denotando claramente discriminación y violación a la igualdad ante la ley (p. 71)».

Como ya hemos dicho varias veces, lo relevante no es la ley, sino lo que el Estado hace con la ley:  «La correcta integración y función del órgano regulador es clave para hacer posible la pluralidad y la diversidad. Podemos contar un excelente marco normativo, pero si la autoridad de aplicación no tiene las condiciones antes mencionadas, especialmente la autonomía respecto de los poderes gubernamentales y económicos, es muy posible que la aplicación de la ley no funcione correctamente (p. 85)».

El caso Venezuela me interesó especialmente. Sobre el dicen estas cosas:

– «El principal problema sigue siendo la ausencia de claridad en los criterios de la norma, pues da una amplia capacidad discrecional a las autoridades para la autorización de frecuencias, lo que puede derivar en el uso político por parte del gobierno para beneficiar a solo algunos, contraviniendo así los principios de seguridad jurídica e igualdad ante la ley (p. 74)».

– «El caso más controvertido es Globovisión: hasta mediados de 2009, acumulaba 55 procedimientos sancionatorios (que van desde el decomiso de equipos de transmisión hasta juicios por presunta apología de delitos, incluyendo acusaciones por publicidad subliminal y llamados a delinquir), ejecutados por Conatel bajo la administración del presidente Chávez» (p. 90).

– Sobre la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos (LRSTME): «En cuanto a los contenidos hay algunos tipos de infracción que no cumplen con los requisitos del sistema interamericano tales como la “zozobra”.

Preguntas peligrosas en Ecuador

El presidente Rafael Correa convocó a un referéndum para votar diez preguntas, de distinta especie. Dos son sobre medios de comunicación.

Pregunta original de Correa:

3.- Con la finalidad de evitar conflicto de intereses, ¿está usted de acuerdo con prohibir que las instituciones del sistema financiero privado, así como las empresas de comunicación privadas de carácter nacional, sus directores y principales accionistas, sean dueños o tengan participación accionaria fuera del ámbito financiero o comunicacional, respectivamente, enmendando la Constitución como lo establece el anexo 3?

pregunta avalada por la Corte: 3.- ¿Está usted de acuerdo con prohibir que las instituciones del sistema financiero privado así como las empresas de comunicación privadas, de carácter nacional, sus directores y principales accionistas, sean dueños o tengan participación accionaria fuera del ámbito financiero o comunicacional, respectivamente, enmendando la Constitución como establece el anexo 3?

El resultado fue (CNE, 9 de mayo):

SI:    46 %

NO:  43 %

pregunta inicial de Correa:

Con la finalidad de evitar los excesos en los medios de comunicación, ¿Está usted de acuerdo que se dicte una ley de comunicación que cree un Consejo de Regulación que norme la difusión de contenidos en la televisión, radio y publicaciones de prensa escrita, que contengan mensajes de violencia, explícitamente sexuales o discriminatorios; y que establezca los criterios de responsabilidad ulterior de los comunicadores o los medios emisores?

pregunta avalada por la Corte:

9. ¿Está usted de acuerdo que la Asamblea Nacional, sin dilaciones, dentro del plazo establecido  en la Ley Orgánica de la Función Legislativa expida una ley de Comunicación que cr4ee un Consejo de Regulación que regule la difusión de contenidos en la televisión, radio y publicaciones de prensa escrita que contengan mensajes de violencia, explícitamente sexuales o discriminatorios, y que establezca criterios de responsabilidad ulterior de comunicadores o los medios emisores?

Resultado CNE (9 de mayo):

SI:   43,8%

NO:  43,5 %