((Según mis registros, los demás alumnos entregaron después de la hora establecida: 12 de la noche del jueves 28 de octubre))
Un païs conmocionado, una ciudad desierta y paralizada, y una plaza rebalsada de gente. El panorama pinta no mutar desde que se conoció la noticia de la muerte del ex presidente de la nación Néstor Kirchner. Personas de todas las edades, de distintas clases sociales, diferentes agrupaciones sindicalistas y militantes de partidos políticos se acercaron en horas del mediodía a la Casa Rosada para despedir al dirigente político. Una mezcla de un respetuoso silencio y cánticos a favor de la actual presidente Cristina y otros en contra de ciertos medios y opositores se alternaban en la histórica Plaza de Mayo.
Pintadas en las paredes de los edificios, banderas con distintas inscripciones en referencia a cada movimiento político, pancartas colgadas en las calles, banderas argentinas de desiguales tamaños adornan a las interminables y multitudinarias columnas de gente. Sin embargo, un pequeño grupo de tres personas se distinguían entre tanto celeste y blanco al abrazar una bandera color verde, amarilla y roja: la de Bolivia.
«Hemos venido a agradecerle al ex presidente Kirchner y a darle nuestro apoyo a Cristina. Hace cinco años que vivimos en Argentina, y durante su gobierno conseguimos trabajo», expresó el más veterano de los tres, Evaristo. El rostro de él denotaba mesura, respeto y tranquilidad. Hombre de pocas palabras e introvertido, sentenció: «Argentina es mi lugar, donde puedo darle de comer a mi familia y vivir en paz, y eso se lo debo a la política de este gobierno».
A la madrugada del jueves había arribado el actual presidente de Bolivia Evo Morales. Entre otras cosas, en su discurso destacó que la pérdida es un dolor para él, para todos los bolivianos, para todos los argentinos y para toda Latinoamérica. Asimismo, envuelto en tristeza por el lazo afectivo que lo unió con el ex presidente ratificó que «lamentablemente la pérdida nos deja huérfanos. Era un hombre- por Kirchner- solidario con los pobres, que lucho por la dignidad de toda Latinoamérica. Es insustituible su perdida». El ex presidente falleció el miércoles 27 de octubre por la madrugada en su residencia del Calafate. Combativo hasta las últimas consecuencias, de grandes convicciones y líder nato; admirado y cuestionado, una relación de amor-odio, eso generaba Néstor Kirchner. Sin lugar a dudas dejó su huella en la sociedad argentina, en la política y en la manera de hacer política. Aun no se discute como continua todo, los grandes medios del mundo hablan de incertidumbre. En Argentina, por el momento, se observa s�lo respaldo y �nimos a la esposa y presidente Cristina.
En horas del mediodía, la multitud avanzaba lentamente en dirección a la Casa Rosada para despedir los restos del ex presidente Nestor Kirchner. Distintos movimientos y agrupaciones de jóvenes, trabajadores y militantes se acercaron a la Plaza de Mayo con sus banderas y sus cantos, con un único leit motiv: acompañar y brindar apoyo a la familia presidencial. Después de un miércoles irrepetible, entre la noticia y en medio del censo, mucha gente se acercó a darle un último adiós a Néstor, de todas partes del país.
“Néstor fue un compañero. Militó con nosotros mucho tiempo y la verdad que la noticia nos puso muy mal. Venimos desde la plata para apoyar a Cristina y a su familia” comentaron Víctor y Estela, militantes peronistas. Ofelia Villarreal (en la foto) se mostró muy acongojada pero con convicción. “Siento un inmenso dolor, pero sé que la presidenta va a salir adelante. Nosotros, el pueblo, la queremos y eso es lo que cuenta. Tiene mucha fuerza y se va a apoyar en todos su equipo y en su pueblo”
La situación hasta el momento era tranquila, pero cada vez se iba poniendo más agitada con la llegada de más agrupaciones. Fuerzas de la policía federal se encontraban en toda la zona para mantener el orden.
Néstor Kirchner murió en El Calafate, al sur de su lugar natal, la provincia de Santa Cruz el miércoles 27 de octubre. Fue presidente de nuestro país desde el 25 de mayo de 2003 hasta el 10 de diciembre de 2007, momento en el que le entregó el mando presidencial a su esposa Cristina Fernández, y actual presidenta.
Muchos son los sentimientos que se entrecruzan un día como hoy. Tristeza para algunos, para otros no tanta, incertidumbre. Este hecho implica un nuevo comienzo en la política del país, que repercutirá, sin duda, en la preparación de las campañas presidenciales del 2011, tanto del oficialismo, como de la oposición.
Los restos se velarán hasta mañana en la casa rosada hasta las 10 y se lo sepultará en Río Gallegos por la tarde.
Durante todo el día miles de personas asistieron a Plaza de Mayo para despedir al ex presidente, Néstor Kirchner. Cada uno tenía sus motivos: algunos para agradecer lo hecho por él, otros para lamentar su ausencia en el futuro.
Hay veces que muchos buscan estar relacionados al fallecido como para también sentirse víctimas de la catástrofe. En Casa Rosada mucha gente estuvo presente por fines diversos. En estas situaciones no importa de dónde se venga, la clase social a la que se pertenezca, e incluso se dejan de lado los ideales políticos. Algunos le lloraron, otros le cantaron llenos de alegría, como si ya fuera algún tipo de ícono religioso, también figuraron las más altas personalidades políticas y también hubo gente que casi no comprendió el verdadero motivo por el que estaba ahí.
Para ilustrar la amalgama de personajes, estuvimos con varios protagonistas de la triste tarde (o evento al que se debía asistir por cortesía, o a la linda tarde atípica y de sol, respectivamente).
Llegando a la Plaza por “abajo” (por la calzada circular) comencé por cruzarme justo con un tumulto de periodistas que se golpeteaban entre sí por poder estar en primera fila con el entrevistado. En este caso, Aldo Donzis, presidente de la DAIA. Su testimonio fue el mismo que el resto de las celebridades políticas que fueron pasando por los medios, salvo cuando hizo mención a cómo el ex presidente colaboró con poner en la agenda intenacional el caso AMIA. El resto fue una mezcla de lo que dijo y sigue diciendo el resto.
Caminando un poco más, y empezando a meterme entre la “gente común”, nos fuimos topando con las emociones ya descritas arriba. Pero hubo un sentimiento especial en un hombre adulto, petizo y que se sentía afectado de la situación como si le hubieran quitado a un hijo. Tení la cara larga y no paraba de sollozar. “Desde que él fue presidente las cosas andaban mejor para mí. Antes no tenía nada”, aseguró el hombre.
Todavía más en el centro del tumulto nos encontramos con un microclima especial: un hombre rastafario que no entendía mucho lo que pasaba. Ahí los bombos palmas y gritos no se sentían, sino que sonaba algún reggae. El sujeto estaba ido… Pero no seamos tan duros, sabía por qué estaba ahí, pero no parecía afectado, sino que no tenía mucho que hacer. “Me parece que hay que venir a despedir a alguien que se lo merece, no por sus ideas… no las comparto, pero sí por ser importante”. De todas maneras, cuando la multitud empezó a corear “andate Cobos la p*** que te parió” o cuando Maradona llegó a la Casa y los aplauzos fueron ensodecedores, el muchacho le puso pausa a las melodías africanas y se sumó.
Cada uno por una cause distinta… pero todos en el mismo lugar.
MIRTA (Santiago)
“Cuando me llamaron para avisarme no lo podía creer”, dice Mirta y la expresión de la cara todavía lo certifica. Acaba de dejar una rosa que trajo desde su casa en Florencio Varela. “Es como si hubiera muerto un familiar”, cuenta mientras se refriega los ojos. Evidentemente, en la Plaza de Mayo hubo más de una persona que sintió lo mismo que Mirta. Pancartas, cartulinas y banderas pegadas en el cerco que separa la Plaza de la Casa Rosada. Muchas flores que acompañan el luto.
Impacta ver a tanta gente conmovida. Muchos cantando y agitando banderas. Los más estruendosos son los de La Cámpora, la agrupación política que lidera Máximo Kirchner, el hijo de Néstor. Hacen sonar los bombos y redoblantes, cantan, saltan y mueven los brazos sin parar. Las mujeres de la primera fila gritan emocionadas y agitan la gran bandera que sostienen. Hay muchas otras agrupaciones políticas como la Juventud Peronista. La CTA, CGT, UOCRA, UIA, gremio de taxistas también se hacen presente.
“Él era nuestro líder y nosotros lo queríamos mucho”, confiesa Mirta ya más calmada. Tiene 38 años y se acercó a la Plaza especialmente para dejar la flor. “Soy ama de casa y vine para acá porque era mi deber. Ahora que vine me siento mejor”, completa. Hay muchas como ella que enganchan un ramo entre las rejas y quizás así cierren sus heridas. Muchas caras tristes que solo atinan a mirar a su alrededor y hacer silencio.
Se ve una gran cantidad de jóvenes. Y hace pocos años eso no hubiera sido una imagen normal. Algunos se sientan bajo los árboles y se quedan ahí, sin decir nada. O simplemente leen el diario, como queriendo entender lo que está ocurriendo. “Es como dice esa cartulina”, apunta Mirta. “Ya lo extrañamos”, concluye. Y no es la única.
Hay una fila interminable para entrar al Salón de los Patriotas de la Casa Rosada. Un extenso vallado que contiene a todo ese grupo que quiere darle el último adiós al ex Presidente. Se vislumbran caras abatidas, sin respuestas. Porque lo que se siente en el aire es incertidumbre. Nadie sabe qué pasará. Pero el de hoy será recordado como uno de los velorios más asistidos de nuestra historia.
AGUSTIN C.
Fue mi primera vez en la Plaza de Mayo, mi primera vez, claro está, que recorrí una plaza llena de gente manifestándose. Es difícil describir lo que tuve la posibilidad de vivir el mediodía pasado. La primera imagen con la que me tope fue con una columna de gente, gente en silencio, algunos con flores, otros con banderas de Argentina, pero todos en silencio. Eran aproximadamente las 11 de la mañana, todavía no habían llegado las columnas de la CGT ni de las agrupaciones militantes más bulliciosas. Esa primera sensación tiró por la borda todos los prejuicios con los que me acerque, pensé que me iba a encontrar con muchas banderas políticas, bombos, estandartes y demás elementos propios del peronismo (claramente vendrían más adelante). Con respeto y en silencio, venían a rendir un homenaje.
A medida que me aleje, y dando la vuelta por el cabildo pude observar otra escena que también me conmovió. Una señora de no más de 50 años, lloraba abrazada con otra, se notaba que, por el camino que habían tomado, salían de la Casa Rosada. Luego de esas dos primeras escenas, caminando por diagonal sur escuche el sonido de bombos y redoblantes. Rápidamente lo asocié con la cancha, decidí girar sobre Perú e ir en búsqueda de ese sonido. Ya al doblar en Perú se notaban banderas flameando y un grupo numeroso saltando y cantando. Me acerqué hasta tenerlos cara a cara, la primera línea de personas (el más grande debía tener 25 como mucho) sostenían una bandera con el nombre de la agrupación. Luego de escuchar el primer tema, en el cual enlazaban lo hecho por el gobierno de Kirchner e insultaban a Clarín, un señor de traje dio la orden y la columna avanzó. Con mucha curiosidad me mezcle entre los chicos, y utilizando una gran habilidad propia: aprenderme rápido las canciones me uní a ellos y los seguí en el desfile que tenia como objetivo llegar a la pirámide de la Plaza de Mayo. Durante el camino, la gente que esperaba por su turno para entrar a la Casa Rosada, los alentaba permanentemente. “Ustedes tienen que seguir con esto”, “Viva la militancia juvenil”, eran los gritos permanentes. Para ese momento ya me habían pasado una bandera que flameaba al igual que los demás. Me detuve a mirar detenidamente las expresiones, y pude encontrar una gran variedad de estados de ánimo. La chica que estaba al lado mió, y me había dado la bandera, tenía lagrimas en los ojos. No era la única, pero si eran pocos aquellos que mostraban tristeza, la mayoría estaba exultante y gritaban a más no poder. Entregue mi bandera y trate de hablar con la chica que ya no lloraba. Me contó que empezó a militar en el 2007, cuando estaba en el CBC de la carrera de Ciencias Políticas en la UBA. “Si estudias ciencias políticas y no militas, no estas cursando la materia más importante” me explicaba. Ante mi pregunta sobre su llanto, ella me respondió que era por que había seguido el proceso de gobierno de Cristina Kirchner desde las elecciones y que apreciaba mucho la política de derechos humanos del gobierno, cabe rescatar que la Sofía, así se llamaba, no tenía ningún familiar desaparecido. Quise seguir conversando, pero empezaron a cantar la marcha peronista y decidí irme.
El espíritu que me llevo de la Plaza, no es de tristeza, la gente no estaba triste, la gente estaba agradeciendo, tenía esperanzas y estaba convencida de lo que vitoreaba y de a quien despedía. Cada uno a su manera, unos en silencio y otros cantando, rendían homenaje y mejor aún, miraban hacia delante esperanzados.
NICOLE (sin foto)
Irene era una mujer que estaba comprando unas rosas rojas para dejarlas al pie del ataúd del ex presidente Néstor Kirchner. Sonreía, luego empieza a recordarlo y empiezan las lágrimas. Con la voz quebrantada decía: “Estoy muy triste aunque igual que vos puedo sonreír porque Néstor vive en nosotros y dejó el camino claro, sabemos lo que tenemos que hacer”. Irene comentó que hace tiempo ella estaba organizando una nueva agrupación que se llamará Peronismo siglo XXI y se lanzará en los próximos 15 días.
Banderas de diferentes agrupaciones colmaron la plaza, los trabajadores acompañaban a la familia Kirchner, uno de ellos era Oscar de la juventud sindical SUTPA que dijo estar dolido y que nunca se imaginó que un hombre tan fuerte como Néstor se haya ido tan pronto. Oscar con la frente en alto afirmó: “como trabajador estoy orgulloso por lo que él hizo. Cristina va a poder seguir adelante, los dos son fuertes”.
Cantando “andate Cobos la puta que te parió” se encontraban los JP descamisados, uno de los que llevaban una de las banderas se negó a hablar e indicó quién era el que daba las declaraciones. Con una retórica impecable Sebastián fue quien habló: “Tenemos sentimientos encontrados, esto fue totalmente inesperado. Esto es, por un lado, un acto sentimental de quienes nos sentimos mal por haber perdido al conductor. Por otro lado, también venimos a hacer un acto político para demostrarle a Cristina que estamos dispuesto a dar la vida”.
Un grupo de personas vestían remeras de la Fundación Madres de Mayo al preguntarle a uno de ellos sobre su estado anímico entre risas respondió: “Vinimos todos juntos, es una perdida enorme porque generó mucho empleo”.
Recorriendo entre la multitud se escuchó a uno de los trabajadores preguntarle a otro si tenía la lista para tomar asistencia. Una mujer más tarde admitió haberse trasladado a ese lugar en micro y que había ido porque le habían ofrecido pagarle el día.
Muchas personas se acercaron por iniciativa propia, una mujer vino a Buenos Aires desde Rosarios sólo para darle el último adiós al que había sido su presidente. Otros tantos fueron por las diferentes agrupaciones que integran.
Resultaba sorpresivo ver poca gente llorando. La multitud en Plaza de Mayo no había ido únicamente a despedir a un líder político sino, sobretodo para mostrar apoyo a la presidente y demostrar que ella cuenta con respaldo popular.
Carteles en cantidad, rosas por doquier y un póster que reflejaba lo que muchos en el país deben sentir: “De tanto usar el corazón a veces se rompe. Pero tus latidos Néstor seguirán viviendo en la memoria popular. Fuerza Cristina”.
NESTOR VIVE (Javier)
Nestor Carlos Krichner falleció ayer, 27 de octubre de 2010, alredor de las siete y media de la mañana en el Calafate, Ushuaia.
Desde entonces, en las horas que transcurrieron, la consternación y la incertidumbre tomaban forma en los medios de comunicación. El foco de la discusión no pasaba tanto por cómo iba a ser el futuro político de Argentina, sino por cuáles iban a ser los efectos inmediatos y mucho más tangibles que se vislumbrarían a partir de la muerte de un líder político tan importante como lo fue Néstor Kichner, quien influyó en la vida de millones de argentinos.
Un poco más de un día después, tal como se esperaba, miles de personas se congregaron en la histórica Plaza de Mayo para acompañar a la presidenta Cristina Fernández y rendir homenaje al ex presidente.
La diversidad de personas y la heterogeneidad de sentimientos expresados durante la jornada, reflejaban la relación que Kirchner tenía con los argentinos. Así, sorprendía ver a una madre con su bebé de pocos meses de nacido, haciendo una interminable cola para llegar al cajón del ex mandatario y alcanzarle una flor.
Al mismo tiempo, sorprendía ver como en un velorio se pueden leer carteles de propaganda electoral como “Cristina Presidencia 2011”; o carteles con fuerte contenido polarizante como “A los enemigos ni Justicia”.
En la pantalla gigante que se instaló en la plaza, se veía a la presidenta llorando la muerte de su marido. A pocos metros se escuchaban cánticos de hinchada y se podía ver una gran cantidad de personas saltando al ritmo de bombos y redoblantes:
“van pasando los años, los escucho a tus dirigentes,
que el gobierno se cae, y al gobierno lo banca la genteee
con Cristina tenemos la ley de medios, oooh ooooh
con Cristina los pibes están cubiertos ,oooh oooh
con Cristina hay un gobierno diferente
a vos gorila, eso te duele
acá esta el pueblo y Kirchner vuelve”
Es que para muchos Néstor Kirchner sigue viviendo. Vive en el pueblo, en la juventud del pueblo argentino. “Una Juventud que no va a parar hasta conseguir todos los cambios por los que Néstor luchó, y que va a ayudar a la presidenta en todo lo que necesite para seguir mejorando nuestro país “, comenta Francisco, un joven militante de La Cámpora, mientras sostiene una bandera de Argentina.
En la Plaza de Mayo no se respiraba duelo, aunque si tristeza. Pero mucho más fuerte era la atmósfera combativa que se percibía. Las expresiones eran de apoyo a la presidenta, o al ex presidente, pero siempre en contra de cualquier idea opuesta a la propia: del radicalismo y Cobos a la cabeza, de Clarín y las corporaciones, del Campo. Una atmósfera combativa como la que Néstor Kichner supo crear en sus años de vida.
Como dijo un sabio: “Los hombres mueren, las ideas quedan”. Así ,y como se lee en el graffiti en la pared de Plaza de Mayo: “Néstor Vive” y seguirá con nosotros una buena parte de nuestra historia.
DESPEDIDA A KIRCHNER (Linet)
Tres son las frases que inundaban Plaza de Mayo hoy: “Fuerza Cristina”, “El pingüino conductor” y “Cobos traidor”.
Casi todas las agrupaciones del país se congregaron para apoyar a la presidenta. Según Jorge Arias, un sindicalista de hace varios años, ellos estaban “porque la presidenta tenía que saber que el pueblo la acompaña”. Con fervor en la voz y fortaleza en sus palabras dijo que “jamás se hubiese imaginado lo que pasó y que aún cree en el proyecto nacional.” También confesó “que nadie lo obligó a acercarse allí sino que fue voluntad propia, aunque si fichaba en su trabajo antes de salir para Avenida de Mayo cobraba el día a fin de mes. “ De manera vibrante defendía a la presidenta y no dejaba de nombrarla por un minuto. Al lado lo acompañan sus compañeros de trabajo con banderas, bombos y remeras en la cabeza. “No hay uno de nosotros que no haya querido venir”.
La fila para entrar a lo más próximo al cajón que albergaba los restos del ex presidente era larguísima. La gente se mantenía firme y esperanzada de poder entrar. Por otro costado, muy cerca de una pantalla gigante en donde se proyectan imágenes de la presidenta, un grupo de personas se mantenían aferrados a los carteles que todos habían dejado en las barandas que protegían a la casa de gobierno. Acá esta la gente más emotiva. Una señora tardo aproximadamente quince minutos en levantarse del suelo para dejarle una rosa y dijo no estar en condiciones de poder hablar. Un muchacho joven en medio de la multitud no puede evitar caer en un llanto profundo, desolado que reflejaba su amor por el ex presidente fallecido. Una chica de pelo oscuro parecía acompañarlo en el sentimiento. Pero sus expresiones demostraban algo más. “ Él era el gran conductor. No se que va a pasar ahora. Él era mi esperanza. Él le consiguió trabajo a toda mi familia. Mi viejo volvió a creer en el laburo gracias a Néstor”, relataba entre sollozos María Belén de 29 años.
A los saltos, a los gritos, a los manotazos y con bombos a todo sonido. La juventud sindical, los descamisados de la juventud peronista, los del sindicato de camioneros, entre varios. Distribuidos por todas partes se hacían notar por la euforia que proclamaban. Sus cantos eran todo referidos al vicepresidente de la Nación. “ Se tiene que ir. Es un traidor. Presidenta estamos acá. Cristina 2011 cueste lo que cueste. Cobos andate y más insultos”.
No caben dudas que la muerte de Néstor Kirchner fue una sorpresa para todos y sus allegados no dudaron en acercarse a brindar su apoyo. Pero la Plaza de Mayo demostraba todos los matices de un panorama de incertidumbre impactante. Estaban los que verdaderamente lloraban desde su más profundo sentimiento y su mayor conmoción. Entre ellos, los trabajadores que alentaban al proyecto de gobierno y pedían que no bajen los brazos. Pero también estaban estos últimos: los de los gritos, los de los bombos, los de los insultos, los del vandalismo. Ahora será cuestión de ver que ocurrirá.
UN ADIOS A NESTOR KIRCHNER (Katty)
La muerte de Néstor Kirchner conmocionó a muchos. Nadie se lo esperaba; no porque se pensaba que era un tipo de esos que no podía morirse sino porque se fue de la manera más precipitada. Desde el día de ayer, miércoles, la gente no paraba de llega a Plaza de Mayo. El jueves no fue la excepción. Decenas de personas por no decir miles formaban largas filas por hacerse un espacio, un turno para llegar a dar el último adiós al ex – presidente argentino.
No había lugar para las diferencias. El pueblo no criticaba, los gremios no peleaban. El pueblo gritaba, extendía banderolas y mensajes como “Néstor vive. El pueblo con Cristina”. Los manifestantes a ritmo de bombos y barras daban su apoyo a la presidenta y le recordaba lo importante que fue la gestión de su esposo en Argentina.
Cada cual vivía a su manera el efecto que causó la muerte de Kirchner. Para la señora Clementina el ex mandatario fue el hombre que le devolvió la dignidad a los jubilados, el hombre que le devolvió la justicia al pueblo. Para los justicialistas el hombre que siguió la línea de Perón, el que sacó a Argentina del mal momento que pasaba.
La mitad de la plaza estaba cercada. Las personas de los sindicatos no paraban de cantar: “Ole-le, ola-la si tocan a Cristina qué kilombo se va a armar” “Ole-le, ola-la, si este no es el pueblo, el pueblo ¿dónde está?” y otras barras más alentando a Cristina y algunas ofensivas para el vicepresidente Julio Cobos.
Para quienes no querían perderse ni un detalle de lo que pasaba en el salón de los patriotas latinoamericanos se puso una pantalla gigante en donde se podía ver a la presidenta al pie del féretro de su esposo junto con su hijo, su cuñada, miembros del partido y algunos mandatarios como Evo Morales. Cada vez que Cristina agradecía los gestos de apoyo de las personas que pasaban a despedirse de Néstor Kirchner, la gente que se encontraba viendo la gran pantalla aplaudía y cuando los aplausos se extinguían, el silencio se hacía para otra vez desencadenarse en nuevos aplausos.
Definitivamente este será un jueves para no olvidar eso sin mencionar que fue realmente impresionante la cobertura que los medios hicieron de este gran suceso. La tercera vez que los canales de aire han interrumpido sus respectivas programaciones para cubrir este hecho.