Archivo de la categoría: Libertad de prensa

Documental del The New York Times sobre periodista mexicano

Un gran op doc , como dicen ellos, con excelentes imágenes y el testimonio del periodista y líder comunitario asesinado, mientras estaba en el aire. Como siempre, el Times es pionero en inventar nuevas formas de contar historias desde su web. Ya desde hace muchos años viene haciendo televisión. Se llama Unsilenced

 

«The Interview»: Cae un dictador a golpe de preguntas

 

The_Interview_2014_poster

En esta comedia se trabaja sobre tres situaciones periodísticas posibles:

1) Una entrevista puede terminar con un dictador.  Hay un caso posiblemente con alguna similtud en México en 1908, cuando el presidente Porfirio Díaz, que gobernaba el país desde hacía siete períodos, se comprometió ante el periodista estadounidense James Creelman a no ser reelecto en las próximas elecciones de 1910. Se publicó en la revista Pearson’s, bajo el título Presidente Díaz, héroe de las Américas. (Creelman preguntó a Díaz: ¿Sabe usted que en Estados Unidos tenemos graves problemas por la elección del mismo presidente por más de 3 periodos? Sí. Lo sé. Es un sentimiento natural en los pueblos democráticos el que sus dirigentes deban ser cambiados. Estoy de acuerdo con este sentimiento. He tratado de dejar la presidencia en muchas ocasiones, pero he tenido que permanecer en ella por la propia salud del pueblo que ha confiado en mi). A veces también ocurrió al revés, una entrevista aceleró la llegada de una dictadura, como ocurrió cuando el gobernador brasileño Carlos Lacerda, -que era uno de los periodistas más importantes del país- atacó al presidente en una conversación con un periodista estadounidense en 1963, lo que fue importante para una crisis que llevó al golpe en 1964.

2) El periodista puede ser el asesino del tirano porque tiene acceso fácil. No encuentro todavía ejemplos, pero estoy seguro de que voy a encontrar.

3) Cooperación activa de los periodistas con los servicios de inteligencia. En una nota escrita para la revista Rolling Stone en 1977, uno de los héroes del watergate, Carl Bernstein, reveló que por lo menos 400 periodistas habían cooperado con la CIA en la Guerra Fría.

La trama de esta película consiste en que un periodista y un productor de un exitoso programa de entrevistas de entretenimiento viajan a Corea del Norte a entrevistar al líder de ese país, una de las dictaduras más cerradas del planeta. La CIA los convence para que aprovechen ese acceso que consiguieron para matarlo. Una disidente norcoreana los persuade para cambiar de estrategia: mejor que matarlo es revelarlo cómo efectivamente es en una entrevista en televisión a todo su pueblo, lo que finalmente hacen.

Es una entrevista con las preguntas adecuadas difundidas por la cámara a una audiencia masiva. Eso fue lo que en la película llevó a la revolución.

Pero de la ficción se pasó rápidamente a la realidad. Esta película cómica entró  insólitamente en la realidad cuando el gobierno de Corea del Norte amenazó a la distribuidora Columbia Pictures, a las pocas semanas la empresa relacionada Sony Pictures Entertainment fue hackeada, y se difundió información privada sobre sus directivos, los contratos de los actores, además de películas que no estaban terminadas. La agencia oficial de Corea del Norte calificó a la película como «un acto de terrorismo». Ante las amenazas, Columbia editó algunas imágenes para hacerlas menos «ofensivas» hacía el líder norcoreano, sobre todo en el momento de su muerte. La película provocó un problema de seguridad nacional en Estados Unidos.  Sony decidió postergar el estreno, las cadenas de cine temían estrenarla. A Corea del Norte se le cortó internet por varias horas, de lo que acusaron a Estados Unidos, pero la muy pequeña red coreana depende de China, no de Obama. Como si fuera también escrito por un guionista, el gobierno coreano emitió un comunicado donde se refirió a Obama como «un mono en una jungla tropical». La película se lanzó a través de alquiler online, venta y en algunos cines no integrados a las grandes cadenas. Habría sido hasta el momento el lanzamiento digital más exitoso de Sony.

Otros proyectos de películas se habrían suspendido por la reacción de la dictadura. Por ejemplo, una película que se estaba haciendo sobre el gran libro de periodismo gráfico Pyongyang, de Guy Delisle, ya comentado en el blog.

La ilusión de un periodista de derribar una dictadura, se trasladó al cine en la realidad. Uno de sus directores y guionistas, Seth Rogen dijo, «maybe the tapes will make their way to North Korea and cause a revolution». De hecho, organizaciones de derechos humanos han distribuido en forma clandestina copias  de la película en memorias USB, y un activista manda DVDs a través de un globo desde Corea del Sur.

«Concentración» vs «Monopolios» mediáticos en América Latina.

La madurez del debate uruguayo sobre periodismo y democracia tuvo una prueba el pasado 16 de marzo en Washington. Allí la Comisión Interamericana de Derechos Humanos convocó a una audiencia sobre concentración mediática en América Latina.

Los voceros fueron Claudio Paolillo, uruguayo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP; Gustavo Gomez, uruguayo, de Observacom; y el testigo de la discusión fue, entre otros, Edison Lanza, uruguayo, relator especial para la libertad de expresión de la OEA.

Ambos sectores coincidieron en cuestionar la concentración. Las diferencias estuvieron en que la SIP pedía hablar de monopolios públicos también, y no solo privados. También Paolillo pidió que las normas anticoncentración sean generales, y no específicas para el sector de medios. A eso, Lanza respondió que esas normas generales no parecen haber funcionado para evitar la concentración de los medios.

Paolillo planteó una discusión semántica entre «concentración» y «monopolio u oligopolio». Según él, hablar de «concentración» remite más a lo privado y no tanto a lo público. Prefiere por eso hablar de monopolios y oligopolios públicos y privados.

Sorprendió que la SIP señale a un empresario mexicano, Angel González, como un caso nefasto de concentración. González concentra la totalidad de la televisión comercial guatemalteca y ejerce un duopolio (compartido con la familia Ortega) en Nicaragua. (En Argentina, González es propietario de canal 9.).

Aleida Calleja hizo un detallado relevamiento de casos notables de concentración y agregó a la televisión colombiana, la televisión brasileña, la televisión mexicana, y a la prensa escrita de Chile y de Perú.

Los peticionantes de la audiencia pretenden que la Comisión proponga lineamientos sobre libertad de expresión para las normas de desconcentración que los estados están avanzando.

Infocracia. Poder político, medios de comunicación y derecho a la libertad de expresión en Venezuela

Este libro describe los últimos años de la situación del periodismo en Venezuela. El autor es Andrés Cañizález, que es uno de los principales investigadores de medios que hay en ese país. Acá tienen el link para bajarse Infocracia.

Andrés, porque es amigo mío, me pidió que le haga el prólogo.

 

Violencia contra periodistas en América Latina

En julio del 2014 se presentó en una conversación virtual entre la relatora de libertad de expresión de la OEA y varias organizaciones periodísticas de América Latina el informe sobre Violencia contra periodistas en América Latina. A mí me tocó comentarlo desde Argentina.

https://www.youtube.com/watch?v=RNU0pKzFTJ4

 

Documental sobre periodismo en América Latina (Univisión)

Interesante documental sobre la prensa en varios países de la región.

 

Democracia en rojo (balance del ciclo chavista en Venezuela)

http://www.lanacion.com.ar/1685282-democracia-en-rojo-para-venezuela

 

Luchar contra la mafia desde una radio. I Cento passi (Cien pasos)

imagen 3

Esta es una historia real de la mafia italiana y los medios contada por una película del año 2000, dirigida por Marco Tullio Giordana.

Peppino Impastato, el hijo de una familia mafiosa, se hace militante político y lucha contra la mafia. A medida que va creciendo va construyendo una conciencia crítica, junto a grupos de la izquierda clásica y de otros con las ideas sesentistas y setentistas de expansión de las libertades personales.  Lo interesante, desde el punto de vista de este blog, es que en un momento él (Peppino Impastato) decide llevar su militancia  y su voz en Cinisi, un pueblo de Sicilia, a un nivel más alto, y para ello funda una radio, Radio Aut. Esta se convierte en una fuente esencial de relato alternativo al tradicional, que era temeroso y respetuoso de la estructura mafiosa. Peppino habla de ese pequeño como una “mafiópolis”. Es la historia de cómo se construyó una voz pública poderosa, a través de un medio de comunicación. Esa radio tenía la fuerza política de un movimiento. Quería hacer política profunda, debilitar los consensos culturales que había construido históricamente la tradición mafiosa, reemplazar ese sentido común del pueblo siciliano por un cuestionamiento al delito y al crimen como forma de desarrollarse y solucionar los conflictos. Ese medio era una forma de hacer política, como suelen ser siempre los medios pero a muchos les cuesta aceptar, como si eso fuera degradante. Querer influir, tener poder social, nunca es degradante de por sí. El problema es para qué y cómo se quiere acumular esa influencia. Al final, Peppino decide presentarse a las elecciones. Pero el día anterior lo matan. Es una historia real de uno de los tantos crímenes políticos del sur de Italia. La película completa. Y acá un audio del Impastato verdadero, denunciando a la mafia desde Radio Aut: http://www.youtube.com/watch?v=I5XTj72skCc

La batalla de las redes sociales

En estos instante el mundo está en una batalla silenciosa, donde ejércitos invisibles se atacan todos los días. Me refiero al mundo digital, en el que los disidentes y sus hackers pelean contra las dictaduras por el dominio de las redes sociales. Aprenden unos de otros. Las trampas que usan los disidentes son rápidamente descubiertas por los gobiernos los que, asesorados por empresas tecnológicas, desarrollan nuevas «armas». Hay dos lugares centrales para estudiar a fondo este tema: Electronic Frontier Foundation, basado en San Francisco, y el Citizen Lab, qué está en Toronto. A través de ellos se puede seguir el día a día de esta batalla subterránea. Y les agrego ahora un artículo publicado en Wired, una revista clave de la revolución digital a la que recomiendo seguir, que revela el sistema de vigilancia digital que tenía armado Muammar Kaddafi, en Libia.

Para entender mejor la publicidad oficial

Martín Becerra es un académico clave en el debate sobre los medios en nuestro país y ahora se acaba de difundir un estudio que realizó para Poder Ciudadano sobre publicidad oficial en el país. Mi opinión es que nos ayuda a mejorar la discusión. Por supuesto, algunos querrán aprovechar para exculpar a Cristina porque otros gobiernos (Macri y Scioli) también lo hacen. Pero eso siempre ocurre. Después de disfrutar mucho su lectura, estos son mis comentarios:

· El informe recuerda que en los 21 puntos de la Coalición Democrática…hay un punto relacionado con la transparencia de la publicidad oficial. También recuerda que la ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual obliga a los licenciatarios de radio y televisión a informar la pauta oficial que reciben, y que nadie les ha reclamado nada todavía.

·Es curioso lo que pasó con los decretos 444 y 445 que permitieron a todas las agrupaciones tener espacios audiovisuales, prohibiendo la posibilidad de contratar espacios adicionales. Eso favoreció al oficialismo que tenía cobertura audiovisual adicional: «la prohibición de anuncios publicitarios por fuera de la organización de espacios gratuitos funciona en los hechos como un dispositivo que posiciona siempre a los gobiernos en mejores condiciones que los partidos políticos opositores. Esto se debe a que al no existir reglas que impidan la utilización partidaria de la publicidad oficial, los gobiernos cuentan por un lado con una presencia destacada en los medios audiovisuales a través de su publicidad oficial, la que se potencia luego con el uso de los espacios que le corresponden al partido de gobierno en el marco de los espacios gratuitos de la campaña propiamente dicha».

·Becerra hace hincapié en el rol de subsidio a la prensa que tiene la publicidad oficial. Es evidente que si ese chorro se cortara hoy, mañana el 75 % de los medios estaría en riesgo. Esa es una perversión evidente del sistema de medios en la mayoría de los países de la región. Dice el informe: «en la Argentina habría un peligro serio de subsistencia para una importante cantidad de medios de gestión privada si el Estado reorientara su política de publicidad oficial: tal vez este argumento de tipo económico también incida como disuasor de la adopción de una regulación transparente y pública». Becerra sugiere que parte de esos fondos pueden derivar hacia específicos «subsidios públicos para la democracia», sincerando lo que estaría ocurriendo ahora como ocurre en varios países europeos.

·Un gran aporte del trabajo es confundir un poco las cosas pues hace que, una vez que entendemos, entendamos mejor que antes. Mostrar que hay apoyos contradictorios hacia los medios desde los gobiernos, que este chorro a los medios es una de las áreas más opacas en todos los niveles del estado argentino, y que esta tendencia no tiene que ver con corrientes políticas determinadas sino que es una actitud transversal: «en abril de 2011, Poder Ciudadano (2011) envió pedidos de información pública a las 23 provincias solicitando información acerca de los gastos mensuales y la distribución de la publicidad oficial en cada distrito entre los años 2007 y 2010. Siete meses más tarde sólo había obtenido respuestas de los gobiernos de las provincias de Tierra del Fuego, Córdoba y Entre Ríos (en este último caso, sólo brindó la información en formato papel)». Y agrega: «la relación entre gobiernos y productoras audiovisuales o de espectáculos no aparece realmente computada dentro del gasto de publicidad oficial, no obstante constituye una partida presupuestaria creciente que complejiza el vínculo entre gobiernos, medios y públicos y que induce a los periodistas a convertirse en empresarios-productores para lograr una fuente de ingresos extra a través de los anuncios gubernamentales».

·La performance de Macri en este tema es pobre: «la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires había sancionado en diciembre de 2009 por unanimidad una regulación sobre publicidad oficial que prohibía el uso proselitista por parte del gobierno porteño de los recursos públicos en publicidad, pero el Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, vetó nueve de los 18 artículos de la normativa y jamás la promulgó, con lo que, a juicio de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), demuestra una reticencia del Ejecutivo de la ciudad a administrar los fondos públicos destinados a pauta de modo transparente y controlado” (ADC, 2010). Hoy en día, la regulación sobre publicidad oficial en la Ciudad de Buenos Aires no se aplica, como lo demuestra, además del veto a la ley, el uso de recursos por parte del Ejecutivo porteño».

·Los lugares que definieron nuevas normas para la publicidad oficial fueron Tierra del Fuego, Morón, Alta Gracia y Bariloche.

· El informe comienza a visibilizar «campañas de promoción personal» en las que provincias compran espacios en los medios de alcance nacional como parte de la carrera presidencial del gobernador. Carlos Menem, Eduardo Duhalde y los Kirchner posiblemente invirtieron mucha plata de los ciudadanos de sus provincias para financiar sus aspiraciones presidenciales. Ahora este informe habla de la última camada de estos potenciales malversadores de fondos: Mario Das Neves, Alberto Rodríguez Saa, Juan Manuel Urtubey y Juan Carlos Romero, José Alperovich, Jorge Sobisch y Sergio Massa. Seguramente Macri y Scioli también deberían esta en esta lista.

El Rey Correa concede al perdón

Para seguir entendiendo a Rafael Correa, presidente del Ecuador, es muy útil su «carta abierta» del 27 de febrero del 2012, aunque fue un discurso oral, donde retira su demanda contra el diario El Universo y sus periodistas.

Las partes conceptualmente más jugosas fueron las siguientes:

– «En este proceso hemos aprendido mucho, sobre todo acerca de hasta dónde llegan los tentáculos de este poder que se ha creído omnímodo y por encima de las leyes, poder que antes de nuestro gobierno no necesitaba mostrarse de cuerpo entero porque bastaban un par de titulares para arredrar a cualquiera».

– «Se ha hablado de que no se siguió el debido proceso, y probablemente tienen razón, ya que lo «debido» hasta hace poco en Ecuador era que los jueces temblaran y se sometieran a la presión mediática. Se ha hablado de dictadura, y nuevamente tienen razón, porque en Ecuador existe un Gobierno con una impresionante legitimidad democrática que ha tenido que enfrentar la dictadura de los medios de comunicación».

– «La lucha entre el estado de opinión contra el estado de derecho, la dictadura mediática versus la verdadera democracia»

«¿el derecho a la libertad de expresión tiene supremacía sobre otros derechos, o esto solo refleja tan solo la hegemonía del capital que esta detras de los negocios dedicados a la comunicación?  Como experto económico, esto ya lo he visto. Por ejemplo, la independencia de los bancos centrales, que se presentó como avance científico y civilizatorio, no era otra cosa que formas de garantizar los privilegios del capital financiero».

– «Se evidenciaron los grandes sesgos de la CIDH, Comisión que tiene más bien la característica de una ONG, y no de una institución jurídica. La legalidad es secundaria. Así, asumen cruzadas reales o imaginarias. El Estado, las autoridades públicas, siempre son los enemigos. Los periodistas, los medios, siempre son las víctimas y perseguidos, sin alcanzar a entender que cualquier poder es capaz de atentar a los Derechos Humanos, entre ellos el poder informativo». (….). «En definitiva, con su espíritu de ONG la CIDH pretende que los Estados siempre sean sospechosos, las autoridades públicas tengamos menos derechos humanos que los demás ciudadanos, y los periodistas y medios no tengan ni siquiera responsabilidad ulterior, todo lo cual atenta expresamente contra la Convención Interamericana de Derechos Humanos, que es lo vinculante para los Estados, y no, repito, las opiniones de la CIDH».

– «¿Que hay que despenalizar la injuria? Con gusto debatamos, pero sin imposiciones, y podemos condicionarlo a que EEUU elimine la pena de muerte, ya que molesta bastante la doble moral. Pero no nos engañemos, en realidad el mensaje es que no se puede enjuiciar a un periodista o a un medio de comunicación».

-«Otro punto importante, la idea de que los funcionarios públicos tenemos que aceptar más críticas, mayor escrutinio. ¿Quién puede estar en contra de algo tan obvio? Pero, ¿significa aquello que tenemos que aceptar injurias, ataques a nuestra honra?, ¿dónde establece aquello la Convención? Si lo dijera, sería discriminatorio y socialmente torpe, porque solo los peores, los que no tienen nada que perder, vendrían a la función pública».

– «Esta lucha nos ha permitido evidenciar un inmenso y fundamental espacio, donde no han estado presentes los Estados, y que ha sido delegado a funcionarios que claramente han extralimitado y distorsionado sus funciones, influenciados por países hegemónicos, fundaciones financiadas por los propios medios de comunicación, y el gran capital detrás de los negocios de  comunicación social».

– «Tenemos que aprender del presente y de la historia, luchar por una verdadera comunicación social en la cual los negocios privados sean la excepción y no la regla, donde la libertad de expresión sea un derecho de todos y no el privilegio de oligarquías que heredaron una imprenta para ponerla a nombre de empresas fantasmas en Islas Caimán».

 

 

Misión de la SIP en Argentina Mayo 2011

En el reciente intercambio de cartas entre el Gobierno y la SIP se pueden distinguir los argumentos principales de cada parte:

En las cartas que mandaron a la Presidenta y a la Relatora Especial para la Libertad de Expresión de la OEA se ve el foco que eligió  la SIP (en sus palabras):

(1) el uso discriminatorio dela publicidadestatal para premiar o castigar a medios de comunicación;

(2) la creación de redes públicas y privadas de medios y periodistas que apoyan su sostenimiento en el gobierno;

(3) las campañas de desprestigio a la que se ven sometidos periodistas independientes y críticos;

(4) el no acatamiento de fallos judiciales por parte de autoridades de la fuerza pública que permitió el bloqueo a la circulación de Clarín, La Nación, Olé, La Voz del Interior y Día a Día

(5) y el incumplimiento de mandatos judiciales para restablecer la pauta oficial a Editorial Perfil.

Esto lleva a la SIP a ver un «agravamiento» de la situación. Ellos dicen haberlo comprobado sn carne propia:  «En numerosas y diversas entrevistas que realizamos, y por el trato que hemos tenido de parte de periodistas allegados al gobierno, detectamos que el clima de libertad de prensa viene deteriorándose con el grave riesgo de cara a las elecciones presidenciales de octubre próximo». (la negrita es propia: se refiere a la entrevista privada que pidieron dos o tres editores de medios oficialistas al presidente de la SIP, y luego cayeron al hotel con las cámaras para transmitir en vivo).

El gobierno los había recibido, en una carta previa, con los siguientes argumentos:

(1) es notable la omisión de información relevante acerca de medidas del gobierno nacional, así como la desinformación a través de  falsedades y mentiras.

(2) la acentuada concentración del mercado de las comunicaciones. Sabemos que se trata del principal problema en la agenda de la libertad de expresión a nivel global, regional y nacional y entendemos que no alcanza con denunciar la concentración como amenaza estructural, si no podemos avanzar un paso más y hablar de sus actores concretos, los grupos concentrados exhibidas con muy poco pudor.

(3) el grupo empresarial Clarín, formado por capitales argentinos  y extranjeros y socio de vuestra organización, se ha constituido en el mayor obstáculo  para lograr una vigencia plena de la libertad de expresión en nuestro país. (…) haciendo  abuso  de su posición dominante, discrimina a sus competidores, censura  periodistas,  inhabilita la actividad gremial de sus empleados, despide delegados o los espía para luego denunciarlos en sus propios medios, impugna judicialmente las decisiones asumidas por amplia mayoría en el Parlamento e incluso  se  resiste permanentemente a respetar los  decretos y resoluciones del Poder Ejecutivo.

(4) la existencia de un mercado de la comunicación dominado por pocos grupos empresariales tiende a promover la formación de una opinión pública uniformada y un poder político subordinado, además de obturar el desarrollo de la libre expresión de ideas y difusión de informaciones.

Lecciones de la historia

Columna del profe en el diario Clarín de ayer.